por María Fernanda González Lozada
Querida mariposa:
Sé que aun eres pequeña, pero eso no te impide aprender y estoy segura que entiendes cada una de mis palabras, ojalá yo pudiera aprender igual de rápido que tú, bien dicen que las niñas son como esponjas que absorben todo, por eso cuido lo que nace de mi corazón y sale por mi boca, pero ya no me extiendo tanto en mi palabrería y me enfoco en lo que quiero contarte.
En la vida no va a faltar quien te diga que tu peor enemigo es una mujer, pero no les creas, no todo lo que dicen por ahí es verdad. A lo largo de tu viaje por la vida encontraras mujeres que te van a abrazar y te van a apoyar, ellas no son tu competencia puedes aprender mucho de ellas y, ellas también podrán aprender de ti. El cariño lo encontrarás en otras mujeres como en Socorro, la vecina, que cuando mi mamá estaba embarazada se ofrecía a ir por su mandado para que no tuviera que caminar y cargar cosas pesadas, además, aunque solo es nuestra vecina, me adoptó como su nieta, nunca voy a olvidar cuando me hizo un precioso vestido azul para mi cumpleaños, y asistía junto con mi mamá a mis festivales del prescolar, ahora que ya es mayor mi mamá y yo vamos a hacerle compañía y en ocasiones mi mamá ayuda a bañarla.
También, el apoyo y la confianza estará en mujeres como Lupita, la otra vecina, la señora que con cariño y empatía nos compartió de su comida a mi mamá y a mí cuando supo que había decidido divorciarse de mi padre, y mi mamá estaba angustiada por los gastos de la casa y no sabía qué hacer, así que sin pedirlo Lupita estuvo y sigue estando con nosotras, invitándonos a comer de cuando en cuando o nos visita para saber cómo estamos. Y como olvidarme de mis tías, quienes a pesar de que una de ellas fuera hermana y la otra cuñada de mi papá jamás nos cerraron las puertas de su casa a mi mamá, a mi hermana y a mí.
Debes saber que todas somos diversas y que nuestro amor también lo es, por eso lo encontrarás de distintas formas, como en las amigas de Fátima, quienes decidieron alejarse de su agresor y lo bloquearon en redes sociales, porque lo que le hizo no es correcto y también se alejaron de los hombres que decidieron mantener el pacto patriarcal con el argumento de que es su amigo y los amigos en las buenas y en las malas, sin importar que sus amigos sean agresores.
Mujeres como ellas habrán muchas, te escucharan, cuidaran y apoyaran cada que esté dentro de sus posibilidades, no todas compartirán tus ideales, pero aprende a respetarlas y a acompañarlas, si te lo permiten, de manera respetuosa y empática, no todas crecieron en una familia estable, no todas tienen la oportunidad de ir a la escuela, algunas crecieron en vínculos violentos y han normalizado las agresiones a las que se enfrentan día con día, pero no es su culpa; muchas de ellas han crecido en entornos machistas, en comunidades marginadas y otras tantas que han sido excluidas por su cultura, nivel económico, raza, entre muchos otros factores, que las han orillado a aprender a sobrevivir.
Sé que vivimos en un mundo lleno de desigualdad y las mujeres somos un blanco fácil para la violencia que existe, así que lo único que nos queda es cuidarnos, apoyarnos y querernos entre nosotras, en este momento viene a mi recuerdo lo que una vez me dijo una querida amiga: “yo te tengo a ti y tú me tienes a mí para apoyarnos”, hoy lo comprendo mejor y pienso que la compañía de las mujeres, mientras sea sana y empática, es la más pura. Ahora sabes, mi pequeña mariposa, que eres fuerte, poderosa y que lo más confortable de la vida es emprender el vuelo acompañada de otras mariposas violetas.
María Fernanda nació una tarde de marzo en la Ciudad de México, mujer de nombre fuerte. Fue criada bajo el seno de mujeres valientes, quienes la motivaron a no espantar sus sueños con el “yo no puedo”. Actualmente estudia la licenciatura en Letras hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana. Es amante de los gatos, se identifica con cualquier manifestación artística y con el feminismo. Es columnista en La Coyol Revista desde mayo de 2021, en donde ha publicado textos de crítica literaria como: «Yo nací libre: el desengaño del “amor romántico” en el Quijote», “¿Dónde están las mujeres en la historia del libro?” y “«Hombre pequeñito»: la poesía de Alfonsina Storni como emancipación femenina”. Su tiempo libre lo dedica a la pintura.
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